Todos mis primeros recuerdos tienen tres cosas en común; mi madre, mi hermana y coser. Mi madre parecía coser sin cesar y no fue hasta que fui mayor que me di cuenta de por qué lo hizo. Fue para nosotros … sus hijos.
Tan pronto como me hice lo bastante mayor, me puse a coser, mi hermana ya tenía mucha experiencia y yo quería ser como ella. Acepté un trabajo en una fábrica textil donde el jefe era muy duro hacia a mí, exigiéndome más que a los demás; costuras perfectas, detalles perfectos … ella era mi hermana.
Durante años trabajé muchas horas por poco dinero y pasé muy poco tiempo con mi hijo. Querer una vida mejor para mi hijo me dio la inspiración para ir a España y tratar de encontrar trabajo.
El clima económico en España me obligó a trabajar en cualquier trabajo que pudiera encontrar para cuidar de él. Al final, inevitablemente, encontré mi camino volver a coser en un pequeño taller. De vez en cuando, llegaban solicitudes de pajaritas, pero el propietario no tenía interés en ellas, eran complejas y proporcionaban poco dinero, por lo que los haría en mi propio tiempo por el que había poco aprecio, pero despertaron dentro de mí un deseo para diseñar.
Finalmente dejé el taller y, en un ala, una oración, y un montón de ayuda de mi pareja, abrimos un pequeño negocio de reparación de ropa. Ahora le tocaba para decidir qué tan importantes eran las pajaritas y gradualmente se han convertido en una parte importante de mi negocio, lo suficientemente importante como para comenzar este sitio web.